Una sola cápsula pasó de costar 50 dólares a 768 dólares. El nuevo propietario del fármaco subió su precio en nueve ocasiones en cuatro años.

Un medicamento vital para el cáncer aumenta su precio un 1.400% tras cambiar de propietario

El medicamento Lomustine, vital para al tratamiento de algunos tipos de cáncer, multiplicó por quince su precio en Estados Unidos. en tan solo cuatro años después de que sus nuevos propietarios subieran su precio en nueve ocasiones.

 

Este fármaco se ha empleado desde 1976 para tratar tumores cerebrales y el linfoma de Hodgkin. Sin embargo, en la actualidad el precio del medicamento ha subido tanto que muchos pacientes ya no se lo pueden permitir.

 

El Lomustine, se volvió inaccesible para muchos pacientes después de que la compañía farmacéutica estadounidense Bristol-Myers Squibb lo vendiese a NextSource Biotechnology en 2013.

 

NextSource Biotechnology es una empresa poco conocida que está radicada en Miami y además de renombrar el medicamento como Gleostine, también subió su precio nueve veces desde que lo adquirió en 2013. En cuatro años, una cápsula con la dosis más alta pasó de costar 50 dólares a 768 dólares. El precio del medicamento también aumentó drásticamente en las demás dosis del medicamento.

 

El pasado mes de agosto por ejemplo, el Lomustine registró un aumento de precio del 20% volviendo a subir otro 12% en noviembre.

 

Aunque la patente de este medicamente ya ha expirado, no se produce una versión genérica del mismo y, por lo tanto, la compañía no tiene competencia.

 

El director ejecutivo de NextSource Biotechnology, Robert DiCrisci, explicó que el precio se basa en los costos de desarrollo, cargos regulatorios y el beneficio que el medicamento proporciona a los pacientes. Al mismo tiempo, aseguró que la empresa ofrece descuentos para personas con pocos recursos o sin seguro médico.

 

No se trata de un caso aislado en el que una compañía farmacéutica sube radicalmente el precio de medicamentos esenciales. Otro ejemplo es el de Martin Shkreli quien se ganó el sobrenombre de “empresario más odiado” de EE.UU. tras comprar los derechos del Daraprim —un fármaco vital usado por pacientes con sida— y subir su precio en casi un 5.000%, desde 13,5 dólares a 750 dólares por pastilla.

 

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