Argelia y Marruecos, especialmente su zona colonial francesa, fueron un ‘El Dorado’ para muchos españoles que huyeron primero de la miseria y luego de la violencia de la Guerra Civil

"Cuando llegó la independencia, no nos planteamos volver a España. Siempre he vivido muy integrada en Marruecos, nunca he sentido hostilidad"
 
Poco después de la independencia de Marruecos tenía una población de 11,6 millones de habitantes, el 1,3 por ciento era de origen español. Hoy, en nuestro país hay censados oficialmente casi 750.000 marroquíes, lo que equivale a un 1,5 por ciento de sus ciudadanos, solo dos puntos de diferencia, teniendo en cuenta que en España la población total es 4 veces superior.
 
 

En tiempos convulsos para España, el norte de África fue una tierra de acogida y prosperidad para cientos de miles de españoles y sus familias. La ‘operación Estrecho’, en una época no muy lejana, era a la inversa.

Muchos españoles habían emigrado al Marruecos del Protectorado francés en 1929. Huyeron de la miseria que se vivía en el interior de Alicante para procurarse una vida más próspera. Lo lograron. No fueron una excepción.

Poco después de la independencia de Marruecos tenía una población de 11,6 millones de habitantes, el 1,3 por ciento era de origen español. Hoy, en nuestro país hay censados oficialmente casi 750.000 marroquíes, lo que equivale a un 1,5 por ciento de sus ciudadanos, solo dos puntos de diferencia, teniendo en cuenta que en España la población total es 4 veces superior.

Entre el último cuarto del siglo XIX y pasada la mitad del XX, España sufrió continuadas hambrunas y sequías, inestabilidad sociopolítica y finalmente la Guerra Civil, lo que causó el empobrecimiento de la mayoría de sus regiones. Tanto la penuria económica como el obligado exilio de muchos republicanos motivaron que cientos de miles de españoles emigraran a países como Marruecos, Argelia, México, Rusia, Argentina, Brasil, Cuba o Francia.

“Cuando llegó la independencia, no nos planteamos volver a España. Siempre he vivido muy integrada en Marruecos, nunca he sentido hostilidad ni xenofobia”, cuenta Ortiz, que no ha perdido el acento gaditano de su familia.

 

Cuando eran los españoles los que emigraban a Marruecos
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