El anterior Gobierno del PP que despedía sin piedad a cientos de trabajadores, llegando incluso a morir pacientes en la sala de espera del Hospital Virgen de la Salud de Toledo por falta de médicos, denuncia ahora la falta de los mismos.

El PP denuncia falta de médicos después de despedir a 2.800

La vicesecretaria de comunicación del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, ha dicho en rueda de prensa: “la situación a la que Page está llevando la sanidad pública es insostenible”, para agregar a continuación, “somos la comunidad autónoma de toda España con la tasa más baja de médicos por cada 100.000 habitantes”.

Pocos días después su compañero Carlos Velázquez, continuaba: “En Castilla-La Mancha sólo hay 395 médicos por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los 611 médicos con los que cuenta Navarra (primera región en el ránking), o los 476 médicos que suponen la media nacional e, incluso, de los 420 con los que cuenta la segunda peor, que es Andalucía”.

 

Los datos que dan la senadora Riolobos y del diputado autonómico Velázquez son ciertos y están respaldados por estadísticas serias. Pero la cuestión es, ¿Cómo es posible que Castilla-La Mancha, una de las comunidades que en su día obtenía las mejores valoraciones, posea ahora este déficit de profesionales? Un deficit que no se ha producido en dos días sino que se ha producido bajo mandato de quién ahora tiene la caradura de denunciarlo; esto es, en el cuatrienio (2011-2015) que gobernó María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha fueron despedidos, puestos en la calle, cerca de 3.000 profesionales sanitarios, entre médicos y enfermeras.

 

 

Según recoge el estudio que llevó a cabo el sindicato Comisiones Obreras, dado a conocer en septiembre de 2015, justo dos meses después de que el PP perdiera el Gobierno castellano-manchego y Cospedal diera la espantada con dirección a Madrid.

 

El 23 de septiembre del citado 2015, la responsable de Sanidad de CCOO-CLM, Chelo Cuadra, presentaba ante los medios de comunicación un informe sobre los indicadores sanitarios durante la legislatura de Cospedal. “Son datos que nos preocupan, y son los datos a tener en cuenta para empezar a recuperar la Sanidad Pública en Castilla-La Mancha”, aseguraba.

Castilla-La Mancha estaba a la cabeza en España de los recortes en la sanidad pública. Perdía 668 camas solo entre 2010 y 2013, lo que representaba un recorte del 14%, mientras que el Servicio de Salud de la comunidad (SESCAM) prescindía entre 2010 y 2015 de 2.781 trabajadores (fueron despedidos 444 médicos y facultativos, 429 enfermeras, 516 auxiliares de enfermería y 165 titulados medios sanitarios)

Eso sí, Cospedal sólo suprimió 51 puestos de “dirección y gestión”, pese a que el anterior Gobierno siempre sostuvo que era en este grupo donde se realizaban los máximos recortes, denunció la sindicalista.

 

Ante estos demoledores datos, Carlos Velázquez, portavoz de Sanidad de Grupo Popular en las Cortes castellano-manchegas se despacha culpando a otros de sus salvajes recortes tomando a los ciudadanos por tontos que no saben desde cuando se están produciendo.

 

Esto supone un serio problema no sólo en cuanto a la atención a los pacientes castellano-manchegos, sino también para los propios profesionales sanitarios, que están sobrecargados de trabajo”, insistía Velázquez. Y no contento con ello exigía, “una vez más, al Gobierno de Page que invierta parte de los 1.000 millones de euros que tiene de más en el Presupuesto regional de 2018, en Sanidad y en la contratación de más médicos y enfermeros”, cuando hace apenas tres años guardaba silencio, siendo diputado en la legislatura de Cospedal y el anterior Gobierno del PP despedía sin piedad a cientos de trabajadores y dejaban la sanidad pública “hecha unos zorros”, llegando incluso a morir pacientes en la sala de espera del Hospital Virgen de la Salud de Toledo por falta de médicos llegando a conocerse como los “pasillos del horror”.

 

Tres años después, el informe de CC OO desmonta hoy, una a una, todas las críticas actuales del PP en materia sanitaria, citando como triste ejemplo la salvaje reducción en el presupuesto sanitario de 1.915 millones desde 2010 a 2015, o la disminución del 84% en el capítulo de inversiones, que pasaron de 296,6 millones en el Gobierno del socialista José María Barreda a tan sólo 48,3 en 2015 con Cospedal. El recorte fundamental se produjo en 2012, con un presupuesto inversor de 53,7 millones frente a los 278,4 del año precedente.

Finalmente, el Informe de CCOO recogía también la opinión de los castellano-manchegos sobre su sistema público de salud reflejada en el Barómetro Sanitario 2014 del Ministerio de Sanidad. Entre 2009 y 2012, los castellano-manchegos valoraban muy alto la atención sanitaria que recibían, en torno al 6,80; por encima de la valoración media de los sistemas sanitarios públicos del conjunto del país (en el 6,57%). Pero con la llegada del PP al Gobierno manchego, la valoración cayó bruscamente al 6,15% en 2013 y al 6,07% el siguiente; quedando muy por debajo de las medias estatales (el 6,41% y el 6,31%, respectivamente).

 

Tres años después el PP denuncia falta de médicos.

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