El Tribunal de Cuentas, una empresa familiar muy rentable

El Tribunal de Cuentas es el órgano establecido para ejercer el control económico sobre las más de 600 administraciones públicas que existen en España, capacitado para abrir procedimientos y sancionar a estas en caso de incumplimiento de la ley.

El Tribunal de Cuentas es el órgano establecido para ejercer el control económico sobre las más de 600 administraciones públicas que existen en España, capacitado para abrir procedimientos y sancionar a estas en caso de incumplimiento de la ley.

Este órgano establecido para controlar al resto de administraciones cuenta con un presupuesto anual de unos 60 millones de euros y sus empleados cobran un 20% más de sueldo de media que cualquier funcionario de otro organismo público por ejemplo una secretaria de dirección de cuanlquier otra administración cobra una media de 1.500€ al mes netos mientas que una secretaria de un consejero del Tribunal de Cuentas cobra 2.000€ mensuales.

Es un órgano que debería gozar de una independencia especial en función de la terea que debe desarrollar, sin embargo su dirección se encomienda a un presidente y doce consejeros que son elegidos por los partidos políticos en proporción a su representación parlamentaria. En este momento lo forman siete consejeros designados por el PP y cinco por el PSOE de los cuales uno fue consensuado con IU. El sueldo de un consejero de este tribunal está en los 112.000€ anuales.

La independencia ya queda bastante en entredicho, pero es que además el órgano creado para fiscalizar las cuentas públicas parece haberse convertido en el "cortijo" de unos cuantos y presenta claros casos de nepotismo.

Aproximadamente un centenar de sus empleados tienen lazos entre ellos, con representantes sindicales o con altos cargos del tribunal. Por ejemplo el presidente, Ramón Álvarez de Miranda tiene en la plantilla a su concuñada y a un sobrino. El presidente del departamento de Fiscalización, Javier Medina, tiene a una hermana, a su esposa y a una pariente de esta y hasta no hace mucho a su hermano que durante años ocupó el cargo de gerente y ahora trabaja en Mercamadrid después de que el Tribunal Supremo anulara el procedimiento que le aupó a una plaza de alto directivo en comisión de servicio.

Entre estos grupos familiares destaca la familia de Julio Ronda, quién fué durante años presidente del comité de empresa por UGT. Tiene en el tribunal a su exesposa, a su actual pareja, su nuera, su cuñada, su sobrino, otro sobrino y un amigo de la infancia. También, a un hijo con su primera esposa. La segunda esposa de Ronda, que empezó como limpiadora en el Ministerio de Defensa, es ahora jefa de equipo, y su sueldo supera los 3.000 euros al mes.

Las últimas oposiciones que convocó el Tribunal de Cuentas, permitieron a siete secretarias eventuales de altos cargos y a la hija del entonces secretario general hacerse con una plaza fija en el organismo. Es decir, coparon el 57% de las 14 plazas que se convocaron de “auxiliar de grabación” del departamento de informática con 2.264,20€ mensuales de salario más suplementos. A estas 14 plazas aspiraron 256 personas. Las tres primeras plazas fueron para la secretaria del expresidente Núñez (primer puesto: 52,49 puntos), para la de una consejera saliente (50, 71) y para una hija del entonces, y durante 16 años, secretario general del tribunal José Antonio Pajares. Su hija obtuvo 50,1 puntos. Un ingeniero informático quedó en cuarta posición (48,47 puntos). Bastaba tener el bachiller para presentarse y pagar una tasa de 10,57 euros.

Entre las secretarias que aprobaronlos cuatro ejercicios se hallaban tanto del PP como del PSOE. Algunos de los consejeros acababan sus mandatos de nueve años y el cese de estos significaba la salida del tribunal de sus secretarias.

Los exámenes se celebraron cuando el mandato de los 12 consejeros que gobiernan el tribunal ya había expirado y faltaban meses para la renovación.

Pese a estos casos claros de nepotismo y a otras irregularidades destapadas en las contrataciones nadie del Tribunal a asumido responsabilidad alguna ni ha dimitido. Incluso Maria Dolores de Cospedal, hoy ministra de Defensa y secretaria general del PP se reuníó con el sector conservador avalando a su cúpula dirigente en sus cargos cuando tocaba renovarlos.

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